Capitulo 1

La leyenda~

-!Mama! Llego tarde al instituto.

-Ya voy, Eiren. Ves subiendo al coche.

Salgo de casa y me subo al BMW de mi madre. Solo quedan 10 minutos para que empiecen las clases. Mi madre se sube al coche y me vuelve a pedir perdón por dormirse pero le digo que no se preocupe.

Me vuelvo a mirar al espejo por quinta vez. Mi cabello, tapándome un poco los ojos, color negro, mis ojos azules, todo perfecto. Tengo que estar perfecto porque voy a ver a mi novia después de un mes. !Estoy tan nervioso! Me gustaría haber llevado otra cosa pero en el instituto tengo que llevar el uniforme. Un pantalón marrón, unos zapatos negros, una camisa blanca, una corbata marrón y un jersey azul.

Hemos llegado al instituto. Me despido de mi madre y voy corriendo hacia el interior. Los pasillos aún están abarrotados de gente.

-!Eri! –escucho mi apodo y se inmediatamente de quién es esa voz. Me giro y la veo.

Me siento aliviado al verla de nuevo. Su cabello rubio alborotado y sus dulces ojos color caramelo.

-!Nana! –chillo antes de que se tire a mis brazos.

Sus brazos me envuelven dulcemente y vuelvo a sentir su calidez.

-Te he echado de menos –me dice.

-Y yo a ti. ¿Cómo ha ido tu mes en París? –Nana ha estado en París, el último mes, ayudando a su abuela con la pastelería.

-Muy bien. Esta tarde te hare un pastel riquísimo. –dice dándome un beso en la punta de la nariz.

Vamos a clase de literatura donde encuentro entre la multitud a una chica de cabello platino que me mira con unos ojos castaños. Esa chica que es tan delicada como una ninfa, es mi mejor amiga Celine Britzo. Me da un abrazo y nos centramos en la clase. No me gusta demasiado literatura pero no saco malas notas.

Me siento nervioso así que miro a mi alrededor hasta encontrar el por qué de mis nervios, Eisen Lans. Eisen es un chico que llego hace dos semanas, nadie sabe de donde es realmente. Es un poco más alto que yo. Tiene cabello pelirojo y los ojos de un verde tierra. Ese chico me incomoda pero también siento que le conozco. Es extraño.

Me giro para seguir escuchando al profesor y no le vuelvo a mirar en toda la hora. Pasan las horas y vamos a la cafetería.

-¡Me muero de hambre! –dice Celine.

-No eres la única. Tengo tanta hambre que podría comerme a Pipo –Pipo es el perro de Celine, es el único amigo que tiene en casa porque sus padres están siempre peleando.

Celine y yo nos miramos y comenzamos a reír. Nos sentamos en la misma mesa de siempre. Poco después llega Nana acompañada de Tomas. Tomas es un año más mayor que nosotros, él tiene 18 años. Su pelo es muy corto y castaño con unos grandes ojos color miel. Sobrepasa por muy poco mi metro setenta. Pero lo más importante es que es el novio de Celine. Se acerca a ella y le da un beso en la cabeza. Ella lo es todo para él y la cuida como a un tesoro.

Hablamos de la fiesta de mañana por la noche. Cada mes la hacemos en una casa y este mes me toca a mí. En casa somos solo mi madre y yo, y cuando me toca dar la fiesta siempre se va a casa de la tía maggie. De mi padre no sé nada, nunca le he conocido pero supongo que yo he salido a él porque mi madre es rubia y tiene los ojos negros.

-Muy bien. Pues vamos a avisar a los de siempre, ¿no? –dice Tomas.

-Claro –dice Celine. En ese momento suena el timbre.

-Oye, Celine. Tengo que pasar por mi taquilla, nos vemos luego. –doy un beso a Nana y me voy.

Camino a mi taquilla en silencio. Meto los libros que ya hemos usado y saco los que me tocan ahora. Aún siento esa incomoda mirada sobre mí. Eisen está caminando hacia mí, cuando pasa por mi lado susurra una palabra.

Pronto.

Esa sola palabra me da escalofríos. Pronto, ¿qué?.

El resto del día pasa con tranquilidad, no me he vuelto a encontrar con él.