Una noche con sus padres y la chica de un sueño~
Resultó que la tienda era nada menos que Channel, los vestidos eran realmente elegantes y muy caros, pero al parecer a él eso no le importaba. Me hizo probarme como unos diez vestidos de diferentes colores, azul, verde, negro, rojo, blanco, granate, violeta, naranja, gris, marrón... Algunos largos otros cortos, pero ciertamente ninguno me quedaba muy bien, por lo menos el parecía pasárselo bien mientras me veía desfilar.
Estaban a punto de cerrar cuando me trajo el último vestido, parecía hecho a mi medida, era color negro sin mangas, no era muy corto pero tampoco llegaba a las rodillas y parecía realzar mis curvas. Era de una tela tan lisa i suave pero sin parecer esos tipos vestidos que se traspasa todo, no dejaba ver nada de mi cuerpo debajo del vestido pero parecía que Ethan estaría dispuesto a ver lo que hay debajo, aunque se deshizo de ese sentimiento con un pestañeo, solo con eso ya tuve ganas de comprarlo pero era demasiado caro, 320 euros.
Ethan me pilló mirando el precio cuando ya me lo había quitado, me lo arrancó de las manos y fue a la caja, antes de que pudiera decirle algo ya lo estaba pagando, no me lo podía creer, cuando salimos de la tienda fue cuando le hablé.
-Ethan, era demasiado caro, te prometo que te lo devolveré, de verdad no debías haberlo comprado, yo…
-No –me cortó –no quiero que me lo devuelvas. Tenía este dinero guardado de mi trabajo de verano y no sabía qué hacer con él, no a sido por obligación quería hacerte un regalo.
-Tranquila, estoy seguro de que estarás preciosa con él. Además, si quieres compensarme puedes ponértelo en una fiesta dentro de dos semanas.
-Una fiesta?
-Viene una amiga mía de Salem, y mi tía ha querido hacerle una pequeña bienvenida, pero conociéndola esa pequeña bienvenida será una fiesta bastante larga y formal. Kira tiene un año menos que nosotros –Su sonrisa iluminaba sus ojos, se veía que estaba feliz de que viniera su amiga y eso provocó un sentimiento bastante oscuro por mi parte.
-Está bien, estoy segura de que me encantara conocer a esa amiga tuya –dije con una sonrisa tensa.
Me llevo a casa y le invité a entrar pero enseguida me arrepentí porque llego el interrogatorio de mi padre, Ethan se mantenía educado y sin ponerse nervioso, eso parecía gustar a mi padre porque todos acaban decaídos. Al cabo de una hora por fin mi padre dejó libre ah Ethan y le preguntó si quería quedar-se a cenar, parecía pensárselo demasiado así que pensé que diría que no, pero me equivoqué.
Estábamos en mi habitación a la espera de que mis padres acabaran de hacer la cena. La luna era visible entre la oscuridad de la noche, cuando él la vio se estremeció por un momento pero enseguida recobró la compostura y seguimos hablando de toda clase de cosas menos de él. Su misterio siempre me agobiaba.
Estábamos hablando de animadoras cuando se levantó y fue directo a mi armario, saco mi uniforme de animadora del año anterior. Este año no me había apuntado. Lo extrañaba. Ethan tenía una gran sonrisa.
-Lo sabía, tienes tipo de animadora y esa sonrisa triste. Si te gusta tanto ¿Por qué no estás este año en el equipo?
-Ser animadora absorbe mucho tiempo.
-Deberías ir, seguro que tu puesto sigue intacto. ¿Qué eras?
-Saltadora, en la cima de la pirámide.
-Te acompañare –por su mirada supe que no recibiría un no por respuesta –¿El lunes te viene bien en el tiempo libre?
-Claro.
Dicho eso nos dirigimos al piso de abajo para cenar, Ethan se sentó a mi lado y mama delante nuestro con papa. Mama preparó mi plato favorito, espaguetis. Durante la cena fue el turno de mama para las preguntas, las suyas iban mayoritariamente sobre su futuro estudiantil.
Ethan me preguntaba con la mirada si lo estaba dando bien sus preguntas, y yo le di un pequeño asentimiento, el hecho de que quisiera dar buena impresión a mis padres me conmovió. La cena de momento iba bastante bien. Acerqué mi mano a la bebida y noté un suave roce. Giró su mirada hacía mi y sus ojos mostraban algo de sufrimiento, no lo entendí porqué parecía bastante relajado. No pude preguntar dado que papa me interrumpió. Le preguntó si había pensado que carrera hacer, Ethan aun no lo sabía. Mi padre le dijo que no se preocupara y él se comenzó a reír.
-Mi tía dice que es porque soy un gandul.
Era muy difícil no contagiarse de su risa, y sin poder aguantar comencé a reír. Papa y mama nos siguieron.
La cena acabo bastante rápida y para mi alivio sin ningún incidente. Ethan se dio cuenta de la hora y se disculpó diciendo que tenía que volver a casa con su tía. Se marchó con una sonrisa sincera pero seguía notando ese pequeño sufrimiento en sus ojos. Decidí no pensar en eso, le dí las buenas noches a mis padres y subí a mi habitación. Me cambié por mi pijama del lobo y recordé cuando me lo compré.
Ese día estaba con Jace y Helen, mi prima, que estaba por vacaciones en casa. Estábamos en el centro comercial, en los juegos recreativos, cuando me disculpé para ir al baño. Encontré una tienda pequeña en una esquina y ahí estaba mi hermoso pijama. Mi prima dijo que fue amor a primera vista, y es muy posible que lo sea porque desde entonces no me he separado de él.
Aquella noche pensé en el roce de la mano de Ethan, cuando estaba con el todo parecía perfecto. Se sentía como en la adaptación que hizo en cuarto sobre la obra “Romeo y Julieta”, en su adaptación los protagonistas se casaban y tenían hijos. Ahora mismo sintió un poco de ese amor puro de Julieta, sabía que no hacía mucho que lo conocía pero los protagonistas de la oba se amaron con solo mirarse, a ella podría pasarle igual ¿no?. Pero no sabía si a él le gustaba así que se guardo sus sentimientos muy hondo, conto hasta diez y comenzó a dormir.
Lo extraño de aquella noche es que soñé con una chica, que parecía de mi edad, de cabello liso, de un color chocolate tan suave que solo con verlo te gustaría acariciarlo. Unos ojos turquesa tan claros que parecían translucidos y una piel color oro que resaltaba los rayos del sol.
Esa chica era tan hermosa que sentía la obligación de arrodillarme, a pesad de que era mas menuda que yo. La chica tenía el ceño fruncido y me miraba directamente a los ojos, De sus labios salieron palabras pero las escuche en mi mente.
“¡Por fin! Llevo todo el día intentando encontrar tu mente, al parecer eres mas accesible mientras duermes. No tengo mucho tiempo, tienes que evitar el bosque ¿entendido?”
Entonces desapareció y yo me desperté.
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